Nadie camina al azar. Cada decisión sigue un mapa que no siempre podemos ver.
Las heridas emocionales no gritan. Susurran. Y desde ese susurro organizan relaciones, elecciones y destino.
Lo que no se nombra no se va. Aprende a dirigir desde las sombras.
Sanar no es borrar el pasado. Es dejar de obedecerlo.
Cuando una herida se vuelve consciente, deja de ser un mapa invisible y se convierte en un punto de elección.
Esta reflexión continúa
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